viernes, 20 de enero de 2012

EL VIENTO DE UN VIOLÍN. De Claudio Tolcachir

Querría quedarme ahí, en ese punto en el que las luces descienden y tu te quedas quieto en el silencio, escuchando al otro, sintiéndolo como reflejo de uno... Querría quedarme ahí, en la oscuridad de las butacas, como un voyeur que observa.
Hay algo mágico en el teatro, en ese instante en el que las luces descienden...