miércoles, 17 de agosto de 2011
MARSELLA: LAS SOMBRAS
Hay ciudades que enamoran nada más pisarlas, que son un flechazo en el instante que se pone el pie en ellas. Otras en cambio asustan, sobrecogen, hay que andarlas y buscarlas para poder encontrarlas. Así fue Marsella, la llegada estuvo llena de sombras y claro oscuros, de calles que jugaban al escondite, de taxis que no llevaban a ninguna parte, de edificios descomunales a punto de derrumbarse, de hombres que vivían en ellos. Una ciudad territorio de nadie. Esta fue la primera Marsella que vi.
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